A lo largo de mi vida he tenido a Hello Kitty muy cerca y constantemente conmigo. Esto es un poco de mi historia, las memorias y los momentos que me han convertido en una adicta a Hello Kitty. El Gusto por Hello Kitty: ¿Desde hace Cuánto Tiempo Empezó?
Mi Primer Artículo de Hello KittyEl primer artículo de Hello Kitty que recuerdo haber tenido entre mis manos fue un pequeño salvavidas inflable, de juguete, de aproximadamente 12 centímetros de diámetro. Era color blanco con franjas rojas y azules. Días después me enteré de que ese salvavidas estaba compuesto por dos piezas que hacían juego. La segunda pieza del set era una gatita, que también era inflable, y que se llamaba Hello Kitty. Este es el segundo producto que mi mente tiene registrado. Desafortunadamente ya no tengo esos inflables, pero basta con cerrar un poco los ojos para volver a verlos. Inicia mi Adicción por HKDurante mi infancia tuve algunos objetos de Hello Kitty que me regalaban y, en ocasiones, mis papás me compraban. Mentiría si digo que, desde niña, he tenido cientos de artículos. Tengo tres hermanas y, en casa, mis papás aplicaban la ley de “todas parejo o ninguna”. Comprar cositas de Hello Kitty, Pochacco, Keroppi o Pekkle a 4 niñas no siempre era la mejor opción para mis papás que, además de alimentarnos de la mejor forma y en grandes cantidades, pagaban nuestras colegiaturas escolares. Así que solo de vez en cuando podíamos tener algún producto de los famosos y adorables personajes de Sanrio. Uno de los grandes recuerdos que guardo perfectamente es el del papel decorado en el que nos entregaban los artículos que llegábamos a comprar. “Small Gift, Big Smile” es algo que, en mi caso, aplicaba totalmente y desde siempre.
“Se hace tarde para la película, pasamos al rato, saliendo”. Y sí pasábamos, pero la tienda ya estaba cerrada. Cuando estudiaba la secundaria, regularmente nos llevaban al cine a Pabellón Polanco. Siempre era yo quién encontraba la película en ese centro comercial, en el que “casualmente” había una tienda de Hello Kitty. Todo estaba fríamente calculado para hacer una pequeña escala en ese pequeño paraíso antes de entrar a ver la película. Al paso del tiempo (no entiendo por qué) cada vez llegábamos al cine más tarde, cuando la película ya estaba a punto de comenzar y, aunque yo quisiera ir a “mi visita necesaria-ya-planeada-y-establecida”, escuchaba un: “Se hace tarde para la película, pasamos al rato, saliendo”. Y sí pasábamos, pero la tienda ya estaba cerrada. Me tenía que conformar con ver las cosas desde afuera y sin luz. Haciendo un poco de estiramiento, lograba ver las nuevas colecciones y, cuando me estiraba lo suficiente, veía hasta los precios. Aunque no compraba algo, el ver nuevos artículos me emocionaba, me motivaba para ahorrar. Para la siguiente ocasión que fuéramos al cine, ya llevaba una idea de lo que podría comprar en esos valiosos minutos libres antes de la película. Y por supuesto que, en muchas ocasiones, mis papás me ayudaban con el dinero faltante para mi compra. Fue hasta la adolescencia que decidí empezar a guardar mis cosas de Hello Kitty con un mayor cuidado. Cuando tenía 14 años, mi preciada colección empezó oficialmente a tomar forma en un cajón del escritorio en casa de mis papás. Después fueron 2 cajones y luego 3. Posteriormente se convirtieron en pequeñas cajas y así siguió hasta terminar llenando algunos estantes con cajas más grandes. Muchos artículos de mi colección han sido regalos. Cada detalle que recibo de Hello Kitty, sea grande o pequeño, lo atesoro con el mismo cariño y emoción. Simplemente el saber que alguien dedicó unos minutos o segundos de su día para pensar en regalarme algo, lo es todo para mí. Y no lo digo por lo material, me refiero a que esa persona sabe lo que Hello Kitty significa en mi vida. Tampoco hago distinción entre los objetos originales y “similares”. Mucho menos me molesta en absoluto tener cosas repetidas… y tengo varias. Desafortunadamente, aún no tengo el espacio necesario para exhibir todos los artículos de mi colección. Uno de mis grandes sueños en la vida es poder mostrar cada una de las cosas de Hello Kitty que tengo. Algún día. ¿Y Por Qué me Gusta Hello Kitty?Me pasa como a muchos fans: Hello Kitty me llamó la atención por ser una caricatura linda y tierna. Aunque ha ido evolucionando al paso del tiempo, es tan sencilla que no necesitas complicarte en buscarle más detalles. Es bonita por todos lados, e incluso cuando la dibujan enojada tiene encanto. "Hello Kitty no tiene boca..." Quizá lo que más me gusta de ella es una de sus principales características físicas: no tiene boca. Como bien lo explica Sanrio: “Hello Kitty no tiene boca porque ella nos habla desde el corazón y no necesita un idioma para poder fomentar amistad en todo el mundo”. El Viaje ContinúaPareciera increíble que un gusto que empezó en la niñez sería, años más tarde, la principal razón por la cual, mi compañero de vida y yo, comenzamos a viajar por algunos rincones del mundo en búsqueda de esos grandes y pequeños paraísos donde podríamos encontrar a Hello Kitty. Ha sido un recorrido lleno de experiencias increíbles, sacrificios y grandes planes, pero, sin duda alguna, también repleto de muchas sonrisas, nuevos amigos y satisfacciones maravillosas. Otras Historias |
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Kitty RockerHistorias sobre Hello Kitty desde la perspectiva de una Fan, Coleccionista y HelloKittyLover |