Hace algún tiempo descubrí que existía un pequeño paraíso llamado Hello Kitty Sweets Café. El nombre de este restaurante de Hello Kitty, en Taipéi, Taiwán, quedó registrado en mi lista de destinos. El Primer Restaurante de Hello Kitty que ConocíAños Atrás: Descubrimiento
Cada vez que me imaginaba visitando el restaurante de Hello Kitty, me sorprendía a mí misma con una gran sonrisa en mi cara. Estaba segura de que ese momento llegaría a mi vida. No lograba definir el día exacto, únicamente sabía que iba a estar ahí. Luego de muchos esfuerzos, por fin llegó el día de conocerlo. Cuando supe de la existencia de este restaurante, se llamaba Hello Kitty Sweets y el día que lo visitamos noté un pequeño detalle: en la entrada no decía “Hello Kitty Sweets” (como yo lo había visto en las fotos de internet), sino que ahora se llamaba “Hello Kitty Kitchen & Dining”, ja. Mi emoción por haber llegado a este mágico lugar era muchísima y, en ese momento, no le presté atención al nuevo nombre. Fue hasta después que investigué que el café se renombró en el año 2013. Fuimos en el 2014: el cambio tenía poco tiempo y ese detalle no le restó alegría a la visita. Nosotros no sabíamos que había cambiado de nombre y, cuando planeamos el viaje, siempre nos referíamos al café como Hello Kitty Sweets, así lo mencionábamos incluso ya estando en Taiwán. Así que no importa si este restaurante (que ya me dibujaba sonrisas desde hace muchos años) se llamaba de una forma u otra: para mí, en mi mente, seguirá siendo Hello Kitty Sweets Café para siempre. Nos arriesgamos a ir sin la reserva. Kitty Rocker en Hello Kitty Sweets CaféHabía leído que recomendaban hacer una reservación antes de visitar el restaurante, ya que era muy popular entre turistas y locales. Intenté seguir los consejos y apartar una mesa desde México, pero fue imposible: nunca encontré algún correo en el que pudiera contactarlos. Nos arriesgamos a ir sin la reserva. Después de toda una aventura para llegar, y con una gran sonrisa en mi cara, entramos al restaurante. De forma rápida, observé que había tres meseras. Todas vestían igual: un lindo uniforme rosa con blanco. Además, tenían un cubrebocas azul. No utilizaban algo especial en el cabello. Una de ellas se acercó a nosotros inmediatamente. Saludamos y notamos que no hablaba inglés. Acto seguido, sacó unos cartoncitos unidos por una argolla que usaba para comunicarse con los turistas que no hablaban el idioma local, pero sí inglés. En el primero de los letreros indicaba que, en ese momento, era la hora del té: de 14:30 a 17:00hrs. Lo único que podíamos pedir del menú eran cosas dulces y bebidas. No estaba permitido ordenar algún platillo salado. Si es que queríamos comer algo no tan dulce, debíamos regresar más tarde. Con señas y apuntando lo que queríamos con el dedo, le dejamos saber que nos interesaba el menú salado, así que decidimos hacer una reservación para esa misma noche y regresar después. Antes de registrar nuestros nombres, nos mostró un segundo cartoncito en el que decía que el consumo mínimo por persona era de 300 TWD. Esto aplicaba también para niños. Cuando estuvimos de acuerdo con esta condición, nos registró. Volveríamos al restaurante al término de la hora del té. Mientras llegaba la hora esperada, fuimos a caminar por algunas calles de Taipéi. Tuvimos la oportunidad de conocer el Café de Barbie: en alguna otra ocasión les contaré sobre esta visita. Todo se resume en que pude recorrer el lugar, tomar fotos y ver el menú en la mesa que nos asignaron, pero nunca nos atendieron. Nos fuimos de aquel colorido café sin haber probado platillo alguno. Después de algunas horas de estar paseando por la ciudad, nos dirigimos de nuevo al restaurante de Hello Kitty. El Café: Hello Kitty SweetsDesde que entramos al café mi mente comenzó a registrar todos esos pequeños detalles que, mucho tiempo atrás, llegaba a ver únicamente en fotos por internet. En la entrada, del lado derecho, había un refrigerador lleno de postres: pasteles, cupcakes y tartas. Aunque todo se veía delicioso, lo más importante era el decorado de Hello Kitty. Todo estaba ¡HER-MO-SO! En ese momento comprendí que, posiblemente, muchas personas visitaban el restaurante sólo para tomar fotos a estas maravillas. Es probable que esa haya sido la razón del consumo mínimo para pasar al área de mesas. También estaba disponible la opción de pedir un postre para llevar. El restaurante tenía dos pisos: en la planta baja había mesas, la cocina y ese pequeño paraíso en la entrada llamado refrigerador. En parte de arriba se encontraban los sanitarios y mesas más grandes donde, sin duda, sería el lugar perfecto para celebrar un cumpleaños. Todo el café estaba decorado con Hello Kitty, su silueta y su moño. La pude ver en las paredes, el techo, las mesas. Pero no estaba sola: algunos de sus amigos la acompañaban en el restaurante. También Hello Kitty estaba en la decoración del baño de niñas que, además, tenía un sillón rosa muy elegante y bonito. Recordé aquella solicitud que nos hicieron en la entrada: consumir mínimo 300 dólares de Taiwán por persona. El Menú del RestauranteLos platillos eran variados: hamburguesas, pasta, alitas, arroz, pollo, mariscos, pizza, etc. Lo que se veía más lindo en las fotos: el pan, los postres y las malteadas. Era un menú tan lleno de colores y con la carita de Hello Kitty en casi todo lo comestible. Nos habría gustado pedir alguna sugerencia a la mesera. Probar el “hit en ventas”. Pero comunicarnos en inglés sería complicado: decidimos guiarnos por las imágenes del menú y ver qué era lo más fotografiable. Lo que elegimos estuvo bien. El sabor era promedio, nada espectacular. Eso sí, todo muy kawaii. Digno de tomar esas fotos que quería. Al final de la comida nos regalaron una pequeña gelatina con la forma de la cara de Hello Kitty. A pesar de las limitantes en la comunicación, las meseras fueron siempre muy agradables. Por último, señalar que el restaurante no vendía bebidas alcohólicas. ¿Y los Souvenirs?Atrás de la caja y del refrigerador de los postres hermosos, se encontraba un pequeño anaquel con algunos souvenirs: peluches y vasos exclusivos del lugar. En ese momento no compramos alguna cosita. Al otro día viajaríamos a Kaohsiung, al sur de Taiwán y no queríamos llevar mucho equipaje. Buscábamos un viaje ligero. Decidimos que, a nuestro regreso a Taipéi, pasaríamos rápidamente a comprar un par de souvenirs del restaurante. Por algunas razones que no estaban consideradas en el itinerario, no fue posible regresar al café. Los únicos souvenirs que tengo del Hello Kitty Sweets Café son unas servilletas, el mantelito, dos “tapavasos” y unas tarjetitas con el nombre y la dirección. El restaurante cambió de ubicación en 2016 y fue rediseñado. Algo me dice que tendremos que regresar a Taipéi para conocer el nuevo café y comparar absolutamente cada detalle. Y sí: adquirir los souvenirs que quedaron pendientes en el 2014. El PrincipioIr a Hello Kitty Sweets Café fue un gran comienzo: como un hermoso regalo envuelto en papel celofán. Con mucha emoción y alegría recuerdo la visita a este restaurante que marcaría el inicio de mi recorrido por el mundo, de la mano de mi compañero de aventuras, con la finalidad de encontrar sorpresas culinarias de Hello Kitty. Otras Historias |
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